sábado, 27 de noviembre de 2010

Hipatia
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Artículo bueno
Retrato imaginario de Hipatia, por Rafael Sanzio. Detalle de La escuela de Atenas (1509-10; Museos Vaticanos).

Hipatia ( Alejandría, 355 ó 370 - Ibídem, marzo de 415 ó 416) fue una filósofa y maestra neoplatónica griega, natural de Egipto,[2] que destacó en los campos de las matemáticas y la astronomía,[3] miembro y líder de la Escuela neoplatónica de Alejandría a comienzos del siglo V. Seguidora de Plotino, cultivó los estudios lógicos y las ciencias exactas, llevando una vida ascética. Educó a una selecta escuela de aristócratas cristianos y paganos que ocuparon altos cargos, entre los que destacan el obispo Sinesio de Cirene —que mantuvo una importante correspondencia con ella—, Hesiquio de Alejandría y Orestes, prefecto de Egipto en el momento de su muerte.

Hija y discípula del astrónomo Teón, Hipatia es la primera mujer matemática de la que tenemos un conocimiento razonablemente seguro y detallado. Escribió sobre geometría, álgebra y astronomía, mejoró el diseño de los primitivos astrolabios —instrumentos para determinar las posiciones de las estrellas sobre la bóveda celeste— e inventó un hidrómetro.

Hipatia murió a una edad avanzada, 45 ó 60 años (dependiendo de cuál sea su fecha correcta de nacimiento), linchada por una turba de cristianos. Su asesinato se produjo en el marco de la hostilidad cristiana contra el declinante paganismo y las luchas políticas entre las distintas facciones de la Iglesia, el patriarcado alejandrino y el poder imperial, representado en Egipto por el prefecto Orestes, ex alumno de la filósofa. Sócrates Escolástico, el historiador más cercano a los hechos, afirma que la muerte de Hipatia fue causa de "no poco oprobio" para el Patriarca Cirilo y la iglesia de Alejandría,[4] y fuentes posteriores, tanto paganas como cristianas, le achacan directamente el crimen, por lo que muchos historiadores consideran probada o muy probable la implicación de Cirilo, si bien el debate al respecto sigue abierto.[5]

Su carácter singular de mujer entregada al pensamiento y la enseñanza en plena Tardoantigüedad, su fidelidad al paganismo en el momento de auge del catolicismo teodosiano como nueva religión del Estado, y su muerte a manos de cristianos le han conferido gran fama. La figura de Hipatia se ha convertido en un verdadero mito: desde la época de la Ilustración se la presenta como a una "mártir de la ciencia" y símbolo del fin del pensamiento clásico ante el avance del Cristianismo.[6] No obstante, en la actualidad se destaca que su asesinato fue un caso excepcional y que, de hecho, la escuela neoplatónica alejandrina, progresivamente cristianizada, floreció hasta pleno siglo VII.[7]

Por su parte, los movimientos feministas la han reivindicado como paradigma de mujer liberada, incluso sexualmente,[8] aunque, según la Suda, estuvo casada con otro filósofo —llamado Isidoro— y se mantuvo virgen.[9] También se la ha asociado con la Biblioteca de Alejandría, si bien no hay ninguna referencia que vincule a ambas: se cree que la Gran Biblioteca ptolemaica desapareció en un momento incierto del siglo III, o quizá del IV, y su sucesora, la Biblioteca-hija del Serapeo, fue expoliada en 391. Según las fuentes, Hipatia enseñaba a sus discípulos en su propia casa.

Vida
Juventud
¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡"Había una mujer en Alejandría que se llamaba Hipatia, hija del filósofo Teón, que logró tales alcances en literatura y ciencia, que sobrepasó en mucho a todos los filósofos de su propio tiempo. Habiendo sucedido a la escuela de Platón y Plotino, explicaba los principios de la filosofía a sus oyentes, muchos de los cuales venían de lejos para recibir su instrucción."
Sócrates Escolástico.¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡

Hipatia nació en Alejandría, capital de la diócesis romana de Egipto, a mediados del siglo IV, en 370, según algunas referencias, y en 355, al decir de otras. Pero dado que su discípulo Sinesio de Cirene nació en torno a 375, esta última fecha parece la más correcta. Su padre fue Teón de Alejandría, un célebre matemático y astrónomo, muy apreciado por sus contemporáneos, que probablemente debió trabajar y dar clases en la Biblioteca del Serapeo, sucesora de la legendaria Gran Biblioteca ptolemaica. Hipatia, por su parte, se educó en un ambiente académico y culto, dominado por la escuela neoplatónica alejandrina, y aprendió matemáticas y astronomía de su padre, quien además le transmitió su pasión por la búsqueda de lo desconocido.

Según el filósofo pagano del siglo VI Damascio, la maestra alejandrina era "de naturaleza más noble que su padre, [y] no se conformó con el saber que viene de las ciencias matemáticas, en las que había sido introducida por él, sino que se dedicó a las otras ciencias filosóficas con mucha entrega". Hipatia aprendió también sobre la historia de las diferentes religiones que se conocían en aquel entonces, sobre oratoria, sobre el pensamiento de los filósofos y sobre los principios de la enseñanza. Viajó a Atenas y a Roma, siempre con el mismo afán de aprender y de enseñar.[11] Damascio afirmaba que "además de conseguir el grado más alto de la virtud práctica en el arte de enseñar, era justa y sabia, y se mantuvo toda la vida virgen", dato confirmado por la Suda, una enciclopedia bizantina del siglo XI, que sin embargo añade que fue "esposa de Isidoro el Filósofo".[9] El mismo Damascio refiere una anécdota que ilustra la actitud de Hipatia ante el sexo: cuando un discípulo le confesó que estaba enamorado de ella, la filósofa le arrojó un paño manchado con su sangre menstrual, espetándole: "De esto estás enamorado, y no tiene nada de hermoso".[12]

Dado su trato con cristianos, y la tolerancia de las autoridades religiosas alejandrinas hacia las actividades de la filósofa, no parece probable que Hipatia fuera una pagana militante. Jay Bregman, de la Universidad de California, tras analizar la obra de Sinesio de Cirene, concluye que es probable que Hipatia se adscribiera a la variante porfiriana del neoplatonismo, opuesta a la teúrgia de Yámblico y a la práctica de los antiguos cultos helenos. Debido a ello, esta corriente era particularmente grata a ojos cristianos.[13]
[editar] La escuela de Hipatia
Hipatia en una representación idealizada de 1908.

En torno al año 400 se había convertido en líder de los neoplatónicos alejandrinos, y, de acuerdo a la Suda,[9] se dedicó a la enseñanza de la filosofía, centrándose en las obras de Platón y Aristóteles. La casa de Hipatia se convirtió en un lugar de enseñanza donde acudían estudiantes de todas partes del mundo romano, atraídos por su fama. Entre sus alumnos había cristianos, como por ejemplo su alumno predilecto Sinesio de Cirene -con posterioridad obispo de Ptolemaida (409-13)- perteneciente a una familia rica y poderosa, que mantuvo una gran amistad con su maestra.[14] Este personaje dejó escrita mucha información sobre Hipatia, y gracias a él conocemos sus obras, aunque ninguna se haya conservado. Dirigió a Hipatia las cartas 10,[15] 15,[16] 16,[17] 46,[18] 81,[19] 124[20] y 154[21] de su epistolario. En esta correspondencia se mencionan los nombres de varios alumnos de Hipatia que fueron condiscípulos suyos: el hermano menor de Sinesio, su tío Alejandro,[22] Herculiano, del que fue gran amigo, y al que consideraba "el mejor de los hombres",[23] Olimpio, un rico terrateniente de Seleucia Pieria amigo de Sinesio,[24] Isión, íntimo de Sinesio, Hesiquio de Alejandría, gramático y gobernador de Libia Superior, y su hermano Eutropio,[25] el sofista Atanasio, Gayo, pariente de Sinesio, el gramático Teodosio y el sacerdote Teotecno,[26] y unos tales Pedro y Siro,[27] además del futuro prefecto imperial de Egipto, Orestes. Se han propuesto algunos otros nombres mencionados en las cartas de Sinesio, pero no hay pruebas de ello. En todo caso cabe indicar que sus alumnos fueron un grupo muy unido de aristócratas paganos y cristianos, algunos de los cuales desempeñaron altos cargos.[28]

El mencionado Herculiano era probablemente hermano de Flavio Tauro Seleuco Ciro, destacado miembro de la Corte Imperial, que con posterioridad llegó a ser prepósito del sacro cubículo, prefecto urbano de Constantinopla, prefecto pretoriano de Oriente (439) y cónsul (441), convirtiéndose en el hombre más poderoso del Imperio de Oriente después del propio emperador Teodosio II.[29]

El propio Sinesio manifiesta con elocuencia la devoción que Hipatia despertó en sus discípulos: en la carta 16 de su epistolario la saludaba como "madre, hermana y profesora, además de benefactora y todo cuanto sea honrado tanto de nombre como de hecho".
[editar] Egipto al comienzo del siglo V
El patriarca Cirilo de Alejandría en un icono.

Egipto era sede de una de las comunidades cristianas más importantes del Imperio, y el Patriarca de Alejandría gozaba del máximo prestigio e influencia, junto a sus colegas de Jerusalén, Antioquía, Constantinopla y Roma. Sin embargo, la teórica primacía de Roma no se traducía en autoridad suprema. Durante los siglos IV y V los conflictos doctrinales y las luchas de poder entre los patriarcados, en especial entre Alejandría y Constantinopla, fueron constantes.

Teodosio I el Grande había convertido el llamado catolicismo en religión de Estado por el Edicto de Tesalónica de 380, imponiendo la ortodoxia nicena. Ello provocó la reacción tanto de los paganos como de las distintas interpretaciones del cristianismo, ahora oficialmente convertidas en herejías a perseguir y erradicar. A lo largo de las décadas siguientes tuvieron lugar grandes controversias y disputas entre las distintas facciones de cristianos, que llegaron en ocasiones a la violencia. Los filósofos neoplatónicos como Hipatia pronto fueron objeto de fuertes presiones. Algunos se convirtieron al cristianismo, pero Hipatia no consintió en ello, a pesar de los consejos de sus amigos, como Orestes, prefecto imperial y alumno suyo, que se había bautizado en Constantinopla antes de ir a desempeñar su cargo en Egipto. A pesar de su paganismo, Hipatia contó con la estima y protección de estas élites intelectuales cristianas, e incluso 120 años después de su muerte el historiador Sócrates Escolástico, muy valorado por su imparcialidad,[30] la consideraba, a pesar de su religión, un "modelo de virtud". Orestes se dejaba aconsejar por Hipatia en los asuntos políticos y municipales,[10] y la Suda confirma que Hipatia fue popular como consejera de las más altas magistraturas de Alejandría: "Vestida con el manto de los filósofos, abriéndose paso en medio de la ciudad, explicaba públicamente los escritos de Platón, o de Aristóteles, o de cualquier filósofo, a todos los que quisieran escuchar (...) Los magistrados solían consultarla en primer lugar para su administración de los asuntos de la ciudad...".[9]

Por entonces el enérgico patriarca de Alejandría era el copto Teófilo (385-412), que, según Sinesio de Cirene, tenía tanta influencia entre las clases altas de Alejandría como la propia Hipatia.[31] Gozaba de un inmenso poder, y en 391 obtuvo del emperador Teodosio una orden para demoler los templos paganos de su ciudad, entre ellos el Mitreo y el Serapeo, lo que provocó sangrientos disturbios entre paganos y cristianos.[32] Se supone que fue entonces cuando fue saqueada, o al menos vaciada, su biblioteca, sucesora de la gran Biblioteca de Alejandría. En 416, el teólogo e historiador hispanorromano Paulo Orosio vio con mucha tristeza los restos de la biblioteca del Serapeo, afirmando que «sus armarios vacíos de libros fueron saqueados por hombres de nuestro tiempo».[33] Hipatia evitó enfrentarse con Teófilo, cuyo gran enemigo fue el antioqueño Juan Crisóstomo, discípulo del rétor pagano Libanio y patriarca de Constantinopla, quien pretendió someterle a su autoridad.[34] Teófilo obtuvo su gran victoria sobre Crisóstomo en el Sínodo de la Encina, en 403, logrando su deposición y exilio.[35]

A pesar de todo cuanto se dijo en su contra, tras estos disturbios el episcopado de Teófilo trajo consigo a Alejandría una tranquilidad social desconocida durante la mayor parte del siglo IV, pletórico de tumultos sangrientos. Además, Teófilo edificó una serie de grandes y lujosas construcciones, que asombraron a sus contemporáneos, escandalizaron a sus enemigos,[36] y le granjearon las simpatías de la clase trabajadora, que encontró empleo y sueldo.[37]

Teófilo falleció el 17 de octubre de 412, y por su sucesión compitieron el arcediano Timoteo y Cirilo, hijo de una hermana de Teófilo.[38] No era una querella baladí por motivos puramente religiosos, ya que el influyente patriarcado alejandrino era capaz de interrumpir los envíos de grano a la capital imperial y gozaba de una riqueza inmensa, que había permitido a Teófilo realizar sus construcciones. Además, Egipto acogía una de las mayores y más organizadas comunidades cristianas del Imperio. Abundancio, el comandante de las fuerzas imperiales en Egipto (dux militum Aegypti), apoyó a Timoteo en contra de Cirilo, ya que la corte imperial pretendía ahorrarse problemas evitando la elección de otro militante anticonstantinopolitano como Teófilo. Sin embargo, Cirilo logró el patriarcado gracias al buen recuerdo dejado por su tío (que llegaría a ser santo de la Iglesia Copta) y a la antipatía de los alejandrinos hacia todo lo que viniera de Constantinopla.

El episcopado de Cirilo muestra una notable continuidad con la política de Teófilo: presión contra los paganos, herejes y judíos, conservación del apoyo de las grandes comunidades monásticas, cultivo de la alianza con Roma y oposición por todos los medios a la creciente influencia del Patriarcado de Constantinopla, íntimo aliado del trono imperial.[39] Empezó por perseguir a los novacianos, a pesar del edicto de tolerancia que había promulgado hacia ellos Teodosio el Grande en 381. Se apoderó de todos sus objetos sagrados, y quitó al obispo novaciano Teopompo todas sus posesiones.[38] Comenzó así una serie de enfrentamientos y una amarga hostilidad entre el Patriarca de Alejandría y el prefecto imperial Orestes, que veía en el poderoso obispo un detractor del poder y autoridad absolutos del Emperador.

Durante los motines antijudíos que tuvieron lugar en esos años, azuzados por Cirilo,[40] Orestes trató de proteger a los hijos de Israel, pero, tras una serie de incidentes de gran violencia, Cirilo logró expulsarlos y permitió que sus bienes fueran robados por la multitud.[41] En general, imperaba por entonces en Oriente Próximo un odio visceral entre las dos confesiones religiosas, produciéndose agresiones en ambos sentidos.[42]

Orestes informó al Emperador de las acciones del Patriarca, y, a juzgar por el relato de Sócrates Escolástico,[43] debió solicitar la deposición y destierro de Cirilo, el cual buscó entonces la reconciliación con el prefecto imperial, a lo que éste se negó. Llegaron entonces 500 monjes procedentes del Desierto de Nitria para proteger a su Patriarca, y provocaron una sedición. Al ver al prefecto, que circulaba en un carro, se abalanzaron sobre él llamándole adorador de ídolos y pagano e insultándole. El prefecto gritó que era cristiano y que le había bautizado el propio Patriarca de Constantinopla. Uno de los monjes, llamado Amonio, hirió a Orestes de una pedrada en la cabeza, por lo que fue detenido, torturado y muerto. Cirilo enterró su cadáver en una iglesia y le tributó honores de mártir, con lo que la ruptura entre el Patriarca y el representante imperial fue total.
[editar] La muerte de Hipatia
"Hipatia", imaginada por el pintor prerrafaelista inglés Charles William Mitchell (1885).

Empezó entonces a correr entre los cristianos de Alejandría el rumor de que la causante de la discordia entre Cirilo y Orestes era la influyente Hipatia, amiga y consejera de su ex alumno y presumiblemente, opuesta a los abusos del poder religioso. En plena Cuaresma, un grupo de fanáticos, dirigidos por un lector de nombre Pedro, se abalanzó sobre la filósofa mientras regresaba en carruaje a su casa, la golpearon y la arrastraron por toda la ciudad hasta llegar al Cesáreo, magno templo edificado por Augusto tras su victoria sobre Marco Antonio y convertido en catedral de Alejandría. Allí, tras desnudarla, la golpearon con tejas hasta descuartizarla y sus restos fueron paseados en triunfo por la ciudad hasta llegar a un lugar denominado el Cinareo (por su nombre, se supone que un crematorio), donde los incineraron.[10] Aunque sigue sin estar claro si su edad era de 45 ó de 60 años, José María Blázquez Martínez se decanta por esta última opción.[44]

El historiador más cercano a los hechos, Sócrates Escolástico —muy valorado por su ecuanimidad—, vincula a Cirilo con el asesinato de Hipatia, al manifestar que "este suceso acarreó no escaso oprobio tanto a Cirilo como a la iglesia de los alejandrinos"[10] . Según este autor, no hay nada más opuesto al espíritu del cristianismo que el crimen y los asesinos de Hipatia actuaron poseídos por un "ímpetu furioso" y no por el "celo divino" que caracteriza y legitima los actos de violencia religiosa.[45] Las demás fuentes narran el suceso de manera similar. El historiador arriano coetáneo Filostorgio se limitó a echar la culpa a los homousianos, fieles al credo de Nicea.[46]

Un exaltado obispo copto del siglo VIII, Juan de Nikiû, la consideraba en plena ocupación árabe una bruja peligrosa, responsable del conflicto entre cristianos y judíos y entre Orestes y Cirilo. Consideraba que la muerte de Hipatia no fue accidental, sino deseada por el obispo alejandrino y la estimó una respuesta justificada a las provocaciones de la filósofa.[47]

El historiador bizantino del siglo VI Juan Malalas se equivocaba al afirmar que Hipatia fue quemada viva (lo fue después de muerta), pero admitía la inducción de Cirilo y culpaba también a la propia naturaleza de los habitantes de Alejandría, violentos y "acostumbrados a toda licencia".[48] Juan de Éfeso decía en la misma época que eran una horda de bárbaros "inspirada por Satán"[49] y el propio Cirilo reprochó a los alejandrinos su carácter levantisco y pendenciero en su homilía pascual del año 419. De hecho, pocos años después, en 422, el sucesor de Orestes como prefecto imperial, Calisto, fue muerto en un nuevo tumulto. También se ha llegado a sugerir que la turba estaba enloquecida por los rigores del ayuno de Cuaresma.[50]

Finalmente, la entrada referente a Hipatia en la monumental enciclopedia bizantina del siglo XI conocida como Suda —siguiendo a Damascio— atribuye también la responsabilidad del crimen a la envidia de Cirilo y al carácter levantisco de los alejandrinos, pero da una clave adicional para comprender la triste muerte de la filósofa al equipararla a los crueles asesinatos de dos obispos impuestos a los alejandrinos por la corte imperial de Constantinopla: el arriano Jorge de Capadocia (m. 361) y el calcedoniano Proterio (m. 457).[9] El primero fue atado a un camello, despedazado y sus restos quemados; y el segundo arrastrado por las calles y arrojado al fuego, asesinatos muy similares al de la propia Hipatia.

Se ha especulado con la intrigante posibilidad de que Cirilo mantuviera contactos con Hipatia a través de su ex alumno el obispo Sinesio de Cirene, amigo de su difunto tío el patriarca Teófilo.[51] La muerte de Sinesio en 413 podría explicar en parte la repentina entrada de Hipatia en la política local y su oposición al Patriarcado. En todo caso, con las fuentes de las que disponemos no deja de ser una mera conjetura.

Sobre la motivación que Cirilo podría haber tenido para ordenar o inducir la muerte de la filósofa, los historiadores han concluido la confluencia de al menos cinco móviles:

* La propia intolerancia del obispo hacia el paganismo y el neoplatonismo, que tanto había influido en el arrianismo.
* La amistad e influencia de la filósofa sobre el prefecto imperial Orestes y las clases altas de Alejandría.
* Los deseos de vengar la muerte del monje Amonio, ordenada por Orestes, quizá aconsejado por su ex-maestra.
* La hostilidad de Hipatia hacia Teófilo y su sobrino por la destrucción del Serapeo y el saqueo de su biblioteca en 391, que posiblemente la llevara a azuzar el enfrentamiento entre el prefecto imperial y el patriarca.
* El deseo de lanzar una seria advertencia a Orestes, mediante la muerte de alguien tan cercano como Hipatia.

Se ha argumentado que resulta poco verosímil que un político tan avezado como Cirilo llevara a cabo una acción tan contraproducente y que se demostró perniciosa para los intereses del poderoso patriarcado alejandrino. Christopher Haas, de la Universidad John Hopkins, concluye que, con las fuentes de las que actualmente disponemos, "jamás sabremos si el propio Cirilo orquestó el ataque, o si, al igual que en la agresión contra Orestes, ciertos partidarios se decidieron unilateralmente a luchar en favor del patriarcado".[52]

María Dzielska apunta, sin embargo, que, incluso si el crimen sucedió a sus espaldas, Cirilo debe ser considerado responsable en gran medida, por ser el instigador de la campaña contra la filósofa, como medio de combatir al prefecto imperial y su facción política, contraria a los excesos del Patriarcado.[53]
[editar] Consecuencias

La muerte de Hipatia levantó un gran revuelo.[54] Tras el cruel asesinato, Orestes informó de los hechos y pidió a Constantinopla que interviniera. La Suda afirma que el emperador Teodosio II quiso en principio castigar a Cirilo, tanto por justicia como por ser un gran protector de las enseñanzas filosóficas (cuya propia esposa, Eudocia, era una filósofa de origen ateniense),[9] pero, a la postre, la reacción imperial se limitó a retirar al Patriarca los 500 monjes que le servían como guardia,[55] lo que ha llevado a algunos historiadores a suponer que fueron éstos y no el populacho mencionado en todas las fuentes, los responsables del asesinato de la filósofa. La medida fue sin embargo rescindida al cabo de dos años, permitiéndose además aumentar su número a 600.[56] Que Cirilo saliera tan bien parado fue posiblemente debido a la influencia de la hermana del Emperador, la augusta Pulqueria, cristiana devota de gran ascendente sobre su hermano, en cuyo nombre gobernaba mientras éste se dedicaba a tareas intelectuales.[57]

Según todas las fuentes, el asesinato de la filósofa fue un crimen oprobioso para los cristianos y redujo la influencia política del patriarcado alejandrino. Tras la muerte de Hipatia, sus relaciones con la Corte Imperial se suavizaron y la veneración hacia el monje Amonio desapareció, ya que los mismos alejandrinos reconocían que había merecido la muerte por su atentado y no por haber sido obligado a renegar de Cristo. Cirilo no pudo impedir que su rival doctrinal, Nestorio, gozara del favor imperial y fuera elegido Patriarca de Constantinopla en 428, pero logró finalmente su deposición en el Concilio de Éfeso de 431. Convertido en uno de los personajes más influyentes de la Iglesia, a su muerte en 444 fue declarado santo y es considerado uno de los Doctores de la Iglesia debido a su extensa obra doctrinal.

No hubo más actos violentos contra los filósofos paganos de Alejandría, cuya Escuela siguió activa hasta el siglo VII, sin que su actividad se viera interrumpida siquiera por el cierre de la Academia de Atenas en tiempos de Justiniano I (529).[58]
[editar] Obras
"Consiguió tal grado de cultura que superó de largo a todos los filósofos contemporáneos. Heredera de la escuela neoplatónica de Plotino, explicaba todas las ciencias filosóficas a quien lo deseara. Con este motivo, quien quería pensar filosóficamente iba desde cualquier lugar hasta donde ella se encontraba"
Sócrates Escolástico

Ninguna de sus obras se ha conservado, pero se conocen gracias a sus discípulos, como Sinesio de Cirene o Hesiquio de Alejandría, el Hebreo.[59]

* Comentario a la Aritmética en 14 libros de Diofanto de Alejandría.[60]
* Canon astronómico.[61]
* Comentario a las Secciones cónicas de Apolonio de Perga, su obra más importante.[62]
* Tablas astronómicas: revisión de las del astrónomo Claudio Tolomeo, conocida por su inclusión en el Canon astronómico de Hesiquio.
* Edición del comentario de su padre a Los Elementos de Euclides.[63]

Además de cartografiar cuerpos celestes, confeccionando un planisferio,[64] también se interesó por la mecánica. Se sabe que inventó un destilador, un artefacto para medir el nivel del agua y un hidrómetro graduado para medir la densidad relativa y gravedad de los líquidos, precursor del actual aerómetro,[65] descrito por Sinesio de Cirene:
...es un tubo cilíndrico con la forma y dimensiones de una flauta, que en línea recta lleva unas incisiones para determinar el peso de los líquidos. Por uno de los extremos lo cierra un cono, adaptado en posición idéntica, de manera que sea común la base de ambos, la del cono y la del tubo. Cuando se sumerge en el líquido ese tubo, que es como una flauta, se mantendrá recto, y es posible contar las incisiones, que son las que dan a conocer el peso.
Sinesio de Cirene, Carta 15, a Hipatia.[66]

Sinesio también la defendió como inventora del astrolabio, aunque astrolabios más tempranos precedan el modelo de Hipatia al menos un siglo —y su propio padre fue famoso por su tratado sobre ellos.[67]
[editar] Legado
[editar] Antigüedad tardía
Hypatia, fotografía de 1867, por Julia Margaret Cameron.

Al poco tiempo de su muerte se publicó en su nombre una carta falsificada que atacaba al cristianismo. Varias décadas después, a comienzos del siglo VI, el filósofo pagano Damascio, último escolarca de la Academia de Atenas, exiliado en Persia tras su cierre por Justiniano el Grande en 529, culpó directamente a los cristianos y fue el primero en achacar expresamente el crimen al patriarca Cirilo, atribuyéndolo a los celos que sentía de la influencia de Hipatia sobre la oligarquía urbana. Al tener una intencionalidad tan manifiesta, Damascio es una fuente problemática. Brian Whitfield considera que actuó "deseoso de explotar el escándalo de la muerte de Hipatia", y que con él se inicia una larga serie de manipulaciones malintencionadas de los hechos históricos con objeto de convertir a Hipatia en una mártir del Helenismo, víctima de los malvados cristianos —en buena medida al igual que otro mitificado personaje, el emperador Juliano el Apóstata.[68]

Durante mucho tiempo se sostuvo que uno de los epigramas de la Antología Palatina, atribuido al poeta Palladas, estaba dedicado a Hipatia:
'Oταν βλέπω σε, προσκυνῶ, καὶ τοὺς λόγους,

τῆς παρθένου τὸν οἶκον ἀστρῷον βλέπων,
εἰς οὐρανὸν γὰρ ἐστι σοῦ τὰ πράγματα,
Ὑπατία σέμνη, τῶν λόγων εὐμορφία,
ἄχραντον ἀστρὸν τῆς σοφῆς παιδεύσεως.
Reverenciada Hipatia, ornamento del saber,

estrella inmaculada de sabia formación,
cuando os veo a ti y a tu discurso,
yo te adoro mirando al hogar celestial de la Virgen,
porque tus quehaceres están en el cielo.
— Antologia Palatina, IX, 400.

Sin embargo, Georg Luck, profesor emérito de la Universidad de Harvard, argumentó con gran solidez que ni el poema era de Palladas ni tenía nada que ver con la filósofa. Para Luck no se trataría sino del epitafio que otro poeta, Panolbio, dedicó según la Suda[69] a Hipatia, hija de un alto funcionario imperial de la segunda mitad del siglo V, el prefecto del pretorio Eritrio y fundadora de una iglesia en honor de la Virgen: el "hogar de la Virgen", una figura poética repetida en toda la poesía bizantina.[70]

Con la cristianización de la Escuela Filosófica de Alejandría en tiempos de Justiniano I, el peso de Hipatia entre los filósofos paganos se contrapesó con la figura de Santa Catalina de Alejandría, a quien se consagró un gran monasterio en el Sinaí.[71] Eventualmente, la historia de ambas mujeres empezó a confundirse,[72] llegando a afirmarse que la historia de su martirio fue un invento para contrarrestar el de la pagana Hipatia.
[editar] Mundo moderno

En el siglo XIV, el historiador bizantino Nicéforo Grégoras describió a la culta y virtuosa emperatriz Eudoxia Makrembolitissa (1021-96), esposa de Constantino X Ducas y Romano IV Diógenes, como "segunda Hipatia".[73]

En sus Memoires pour servir à l'histoire ecclésiastique... (1693), el abate jansenista Le Nain de Tillemont exculpaba a Cirilo considerando lo contraproducente que fue este crimen, algo impropio de un político tan astuto como era el Patriarca.

A comienzos del siglo XVIII, el erudito deísta John Toland usó su muerte como base para un extenso panfleto anticatólico titulado "Hipatia, o la historia de una de las damas más hermosas, virtuosas, cultas y distinguidas en todos los aspectos; que fue despedazada por el clero de Alejandría para satisfacer el orgullo, la envidia, y la crueldad de su arzobispo, común pero inmerecidamente llamado San Cirilo, donde la califica de "encarnación de la belleza y el saber", sosteniendo que los varones deberían "avergonzarse para siempre de que pudiera encontrarse entre ellos alguien tan brutal y salvaje como para, en lugar de embriagarse con la admiración de tanta belleza y sabiduría, manchar sus manos de la manera más bárbara con la sangre de Hipatia, y sus almas impías con el estigma de haber cometido un crimen sacrílego".[74] La obra de Toland es considerada una de las más influyentes en la formación del mito de Hipatia. Su publicación condujo a que Thomas Lewis escribiera una refutación en 1721: "La Historia de Hipatia, la imprudentísima maestra de Alejandría: asesinada y despedazada por el populacho, en defensa de San Cirilo y el clero alejandrino. De las calumnias del señor Toland".[75]

Otro abate jansenista, Claude Pierre Goujet, realizó también una gran defensa de San Cirilo en su carta incluida en los vols. V y VI de la Continuation des Mémoires de litterature et d'histoire, del padre Desmolets (1728). Por su parte, Voltaire se valió de la filósofa para dejar clara su aversión por la Iglesia, considerando la muerte de Hipatia "un asesinato bestial perpetrado por los sabuesos tonsurados de Cirilo, con una banda de fanáticos a sus espaldas". Con ello pretendía demostrar que el fanatismo religioso producía el exterminio de los genios y la esclavitud de los espíritus.[76] En su particular hostilidad hacia todo lo cristiano, el historiador inglés Edward Gibbon[77] indicaba que Cirilo estaba tan celoso de su influencia y de la popularidad que "alentó, o aceptó, el sacrificio de una virgen, que profesaba la religión de los griegos", y nunca fue castigado por tal crimen, ya que "la superstición quizá expía de mejor grado la sangre de una virgen que el destierro de un santo". Gibbon hacía a Cirilo culpable no sólo de la muerte de Hipatia, sino de todos los problemas del Egipto de la época, sin citar fuentes.

Con la irrupción del Romanticismo, el siglo XIX supuso el auge del mito literario de Hipatia. En 1827 la condesa italiana Diodata Saluzzo Roero sugirió en Ipazia ovvero delle Filosofie, un poema en dos volúmenes, la extravagante teoría de que en realidad Hipatia fue convertida por Cirilo al Cristianismo, pero que fue asesinada por un "sacerdote traicionero". Por su parte, Charles Leconte de Lisle publicó un poema titulado Hypatie (1847), en que la filósofa era otra víctima de un mundo, el Antiguo, que se apagaba. En una segunda versión, de 1874, la "necesidad histórica" era ya sustituida por el ataque contra el Cristianismo. En el poema, una Hipatia enamorada de la belleza del universo se encara con el cerril y dogmático obispo Cirilo.

El escritor británico Charles Kingsley realizó en 1853 una pintoresca novela de ficción titulada Hypatia, or New Foes with an Old Face,[78] que retrató a la erudita, en realidad casi anciana al morir, como una joven "heroína desvalida, pretenciosa y erótica", que encarnaba "el espíritu de Platón y el cuerpo de Afrodita" (sic). La filósofa presenta en la novela un odio visceral por el cristianismo y es correspondida por el envidioso y despótico Cirilo, que trata de sabotear sus clases. El prefecto Orestes, un intrigante dipsómano, involucra a la filósofa en sus ambiciones al trono imperial, proponiéndole matrimonio. Hipatia se acaba desengañando de él a medida que crece el conflicto entre el obispo y el prefecto, y acaba por sufrir una crisis espiritual justo antes de su asesinato, siendo convertida por un cristiano judío llamado Rafael Aben-Ezra. La idea central es la de Hipatia como icono de un mundo de armonía clásica que se desvanece ante el avance de una religión supersticiosa que esclaviza la razón.[79

jueves, 18 de noviembre de 2010

exposicion

TRATAMIENTO
El tratamiento para la leucemia consiste en un tratamiento antileucémico específico, para eliminar las células cancerosas, y un tratamiento de soporte, para resolver problemas colaterales de la enfermedad y los efectos secundarios del tratamiento específico recibiendo unas dosis de quimioterapia,medidas de aislamiento

Devez encuando se tendran que realizar transfusiones de sangre los las celulas que se dejan de producir por la misma enfermedad(leucemia) y porla quimioterapia.se suelen transfundir hematíes(globulos rojos)y plaquetas(pequeño fragmentos de la sangre carente de nucleo ,irregulares y pequeños)
el numero de plaquetas esta entre 120000y 450000/ml se intenta con la transfusion que sea por encima de 20000 o 10000 si no ai problema de coagulacion.

tratamiento de quimioterapia es la forma mas eficaz de eliminar la enfermedad,pero esta tambien ase daño a otros organos del cuerpo por lo que las dosis estan controladas
Tienes tres fases:
-inducción:a la remisión:se pretende eliminar los signos y sintomas
-intensificación:se intenta que la persona no recaiga ,intensificando las dosis
-mantenimiento:para destruir cualquier célula residual y como medida preventiva para evitar la infiltración leucémica al
sistema nevioso central
Tratamiento en el anciano de quimioterapia
El tratamiento en los ancianos es especial pues toleran mal la quimioterapia a dosis altas y en ellos los tratamientos, habituales para otras personas, pueden acortarles la vida. Además, su leucemia suele ser más resistente a los medicamentos.

Tratamiento antineoplásico
Lo que se intenta conseguir es hacer desaparecer todas las células cancerosas y se debería lograr no deteriorar con el tratamiento la función de formación de células en la médula.

Transplante de medula osea: se realiza cuando se ha producido un daño en eśta, que le impida realizar las funciones que, antes de la quimioterapia, estaba realizando. Estas funciones consisten en la formación de las células de la sangre, papel fundamental para la vida humana.Éste transplante se hace porque con la quimioterapia será destruida.

miércoles, 17 de noviembre de 2010

vocabulario tratamiento

Aplasia: realizado el trasplante, la médula tarda en reconstituirse unas 3-4 semanas.

plaquetas, o trombocitos, son fragmentos citoplasmáticos pequeños, irregulares y carentes de núcleo

hematies=globulos rojos

granulocitos: son células de la sangre caracterizadas por los modos de colorear los orgánulos

organulos:se denomina lo entorno a la biologia celular (o también organelas, organelos, organoides o mejor elementos celulares) a las diferentes estructuras suspendidas en el citoplasma

blastocito :es cada una de las células que forman el blastocisto. Son células embrionarias no diferenciadas que poseen pluripotencialidad.

sangre periferica es una célula sanguínea caracterizada por poseer un único núcleo redondo

catéter :intrumento medico qe sirve para introducir algo en un tejido o vena

martes, 16 de noviembre de 2010

leucemia trabajo

INTRODUCCIÓN
La leucemia o leucosis (sangre blanca) es un grupo de enfermedades malignas de la médula ósea que provoca un aumento incontrolado de leucocitos (glóbulos blancos) clonales en la médula ósea, que suelen pasar a la sangre periférica aunque en ocasiones no lo hacen. Ciertos aumentos malignos de glóbulos rojos se incluyen entre las leucemias.La leucemia es el cáncer más frecuente en la infancia.

Virchow fue el primero en describir el anormal exceso de glóbulos blancos en pacientes con el síndrome clínico descrito por Velpeau y Bennett. Virchow no estaba seguro de la causa que producía el exceso de glóbulos blancos, por lo que decidió utilizar el término puramente descriptivo de "leucemia" (del griego sangre blanca), para darle nombre a esta patología.
Los avances en la comprensión de la LMA progresaban con el desarrollo de las nuevas tecnologías. En 1877, Paul Ehrlich desarrolló una serie de técnicas de tinción de células sanguíneas que le permitieron describir en detalle y diferenciar los glóbulos blancos normales y anormales. Wilhelm Ebstein introdujo el término "leucemia aguda" en 1889 para diferenciar las leucemias progresivas de las leucemias crónicas. El término "mieloide" fue acuñado por Neumann en 1869, tras ser el primero en determinar que los glóbulos blancos provenían de la médula ósea y no del bazo. Fue Mosler quien, diez años más tarde (1879), describía por primera vez una técnica para examinar la médula ósea y diagnosticar la leucemia. Finalmente, en el año 1900, Naegli caracterizó los mieloblastos, que pertenecen a la estirpe celular afectada en la LMA, y dividió los tipos de leucemia en mieloides y linfoides, según la estirpe celular sanguínea que se viera afectada.

Aspectos médicos – científicos
Los signos y síntomas
Los daños en la médula ósea, a modo de desplazar a las células normales de la médula ósea con un mayor número de glóbulos blancos inmaduros, se traduce en una falta de plaquetas en la sangre, que son importantes en el proceso de coagulación sanguínea. Esto significa que las personas con leucemia pueden fácilmente desarrollar moretones, sangrado excesivo o hemorragias de tipo pinchazo.
Los glóbulos blancos, que están implicados en la lucha contra los patógenos, pueden ser suprimidos o disfuncionales. Esto podría causar que el sistema inmune del paciente sea incapaz de luchar contra una infección simple o se encuentre débil para poder atacar a las células de otro organismo. Debido a que la leucemia impide que el sistema inmunitario funcione con normalidad, algunos pacientes experimentan infecciones frecuentes, que van desde las amígdalas infectadas, llagas en la boca, diarrea, neumonía o infecciones oportunistas.
Por último, la deficiencia de glóbulos rojos produce anemia, que puede causar disnea y palidez.
Algunos pacientes experimentan otros síntomas. Estos síntomas pueden incluir náuseas, fiebre, escalofríos, sensación de fatiga, sudores nocturnos y otros síntomas parecidos a la gripe. Algunos pacientes experimentan náuseas o sensación de plenitud debido al agrandamiento del hígado y el bazo, lo que puede resultar en la pérdida de peso involuntaria. Si las células leucémicas invaden el sistema nervioso central, pueden ocurrir síntomas neurológicos (sobre todo dolores de cabeza).
Todos los síntomas asociados con la leucemia pueden ser atribuidos a otras enfermedades. En consecuencia, la leucemia es siempre diagnosticada mediante pruebas médicas.
La leucemia deriva de la alta cantidad de glóbulos blancos que la mayoría de los pacientes de leucemia tienen antes del tratamiento. El elevado número de células blancas en la sangre es evidente cuando se observa una muestra de sangre afectada bajo el microscopio. Con frecuencia, estas células blancas extra son inmaduras o disfuncionales. El excesivo número de células también puede interferir con el nivel de otras células, causando un desequilibrio perjudicial en la proporción de la sangre.
Algunos pacientes con leucemia no tienen una alta cantidad de glóbulos blancos visibles durante un recuento sanguíneo normal. Esta condición menos común se llama aleucemia. La médula ósea contiene las células cancerosas aún blancas de la sangre que perturban la producción normal de células sanguíneas. Sin embargo, las células leucémicas se alojan en la médula en lugar de entrar en el torrente sanguíneo, donde serían visibles en un análisis de sangre. Para un paciente aleucémico, el recuento de glóbulos blancos en la sangre puede ser normal o baja. La aleucemia puede ocurrir en cualquiera de los cuatro tipos principales de leucemia, y es particularmente común en la leucemia de células pilosas.
Causas
No hay una única causa conocida por todos los diferentes tipos de leucemia que existen. Las causas conocidas, y que no los factores dentro del control de la persona promedio, representan relativamente pocos casos. En leucemias distinta que puedan tener diferentes causas.
Leucemia, al igual que otros tipos de cáncer, es el resultado de mutaciones somáticas en el ADN. Ciertas mutaciones se producen mediante la activación de oncogenes leucemia o desactivar los genes supresores de tumores, y con ello alterar la regulación de la muerte celular, la diferenciación o división. Estas mutaciones pueden ocurrir espontáneamente o como resultado de la exposición a la radiación o sustancias cancerígenas, y es probable que la influencia de factores genéticos.
Entre los adultos, las causas conocidas son naturales y artificiales de radiación ionizante, algunos virus como el virus linfotrópico T humano, y el benceno algunos productos químicos, en particular los agentes alquilantes y quimioterapia para enfermedades anteriores. El consumo de tabaco Los estudios se asocian con un pequeño aumento en el riesgo de desarrollar leucemia mieloide aguda en adultos. De cohortes y de casos y controles han relacionado la exposición a algunos productos petroquímicos y tintes para el cabello con el desarrollo de algunas formas de leucemia. Unos pocos casos de transmisión materno-fetal han sido reportados. La dieta tiene muy poco o ningún efecto, a pesar de comer más verduras puede conferir un beneficio protector pequeños.
Los virus también han sido vinculados a algunas formas de leucemia. Los experimentos en ratones y otros mamíferos han demostrado la pertinencia de los retrovirus de la leucemia y retrovirus humanos también han sido identificados. El primer retrovirus humano identificado fue el virus linfotrópico T humano o HTLV-1, se sabe que causa la leucemia de células T.
Algunas personas tienen una predisposición genética hacia la leucemia en desarrollo. Esta predisposición se demuestra por las historias familiares y los estudios de gemelos. Las personas afectadas pueden tener un solo gen o genes múltiples en común. En algunos casos, las familias tienden a desarrollar el mismo tipo de leucemia que los demás miembros; en otras familias, las personas afectadas pueden desarrollar formas diferentes de leucemia o cánceres relacionados con la sangre.
Además de estas cuestiones genéticas, las personas con anomalías cromosómicas o ciertas enfermedades genéticas otras tienen un mayor riesgo de leucemia. Por ejemplo, las personas con síndrome de Down tienen un riesgo significativamente mayor de desarrollar formas de leucemia aguda y la anemia de fanconi es una factor de riesgo de desarrollar leucemia mieloide aguda.
Si la radiación no ionizante leucemia causas ha sido estudiado durante varias décadas. La Agencia Internacional de Investigaciones sobre el cáncer de expertos del grupo de trabajo realizó una revisión detallada de todos los datos estáticos y de frecuencias extremadamente bajas de energía electromagnética, que se produce de forma natural y en asociación con la generación, transmisión y uso de la energía eléctrica. Llegaron a la conclusión de que hay pruebas limitadas de que los altos niveles de los campos magnéticos ELF (pero que no sean eléctricos) campos podría causar leucemia infantil. La exposición a campos magnéticos de ELF significativa podría dar lugar a un doble riesgo excesivo para la leucemia de los niños expuestos a estos altos niveles de campos magnéticos. Sin embargo, el informe también dice que las deficiencias metodológicas y sesgos en estos estudios probablemente hayan hecho que el riesgo de ser exagerada. No hay evidencia de una relación con la leucemia u otro tipo de tumor maligno en los adultos se ha demostrado. Dado que la exposición a tales niveles de ELF es relativamente poco común, la Organización Mundial de la Salud concluye que la exposición de ELF, si fuera posterior demostrado ser causal, que sólo representan el 100 a 2400 casos en todo el mundo cada año, lo que representa 0,2 a 4,95% de la incidencia total para ese año.

Diagnostico
El diagnóstico se basa generalmente en repetidas conteos sanguíneos completos y un examen de médula ósea después de los síntomas observados. Una biopsia de nódulo linfático puede realizarse como también para diagnosticar ciertos tipos de leucemia en ciertas situaciones. Tras el diagnóstico, las pruebas de química sanguínea se pueden utilizar para determinar el grado de daño al hígado y los riñones o los efectos de la quimioterapia en el paciente. Cuando surgen las preocupaciones sobre los daños visibles debido a la leucemia, los médicos pueden usar rayos X, resonancia magnética o ultrasonido. Estos efectos potencialmente pueden ver la leucemia en partes del cuerpo como los huesos rayos x, el cerebro MRI, o los riñones, el bazo y el hígado (ultrasonidos). Por último, las tomografías computarizadas rara vez se utilizan para revisar los nódulos linfáticos en el pecho.
A pesar del uso de estos métodos para diagnosticar si un paciente tiene leucemia, muchas personas no han sido diagnosticados, debido al hecho de que muchos de los síntomas son vagos, inespecíficos, y puede referirse a otras enfermedades. Por este motivo, la American Cáncer Society predice que al menos una quinta parte de las personas con leucemia aún no han sido diagnosticadas.
Tipos de Leucemia
1. Leucemia Aguda: en este caso, se da un aumento muy rápido de las células sanguíneas inmaduras. Estas células no realizan las funciones sanguíneas necesarias, y ocupan un espacio que permitiría el desarrollo de las células maduras. Es muy importante que el tratamiento sea precoz ya que si no la progresión celular y la dispersión de las células malignas puede conducir a que la leucemia llegue a otros órganos corporales. Esta forma de leucemia es la más común en niños.
2. Leucemia Crónica: en esta afección, se producen demasiados glóbulos blancos maduros pero anormales. Progresa durante meses o años, por lo que no siempre se administra el tratamiento inmediatamente, sino que a veces se monitoriza la situación para ver cuál es el momento más efectivo para la terapia. Aunque pueden ocurrir en cualquier grupo de edad, la leucemia crónica ocurre más a menudo en personas mayores.

Características
La principal característica de las leucemias agudas es la presencia de un "cese madurativo" de las células de línea mieloide (LMA) o Linfoide (LLA) con blastosis en médula ósea (superior de 20% de celularidad no eritroide según la OMS). Dado que todavía queda hematopoyesis normal residual, puede verse en sangre periférica la existencia de un "hiato leucémico", es decir, presencia de formas inmaduras en sangre periférica y formas maduras pero con ausencia de elementos intermedios.
En las leucemias crónicas, la principal característica morfológica es la no existencia de dicho hiato leucémico, ya que no existe stop madurativo, permitiendo secretar a la sangre células maduras, y su curso clínico suele ser indolente.
Formas de presentación
Si bien algunas leucemias tienen carácter fulminante, otras pueden ser enfermedades indolentes, de presentación insidiosa. Ya que no existe ningún síntoma que por sí solo y de manera específica permita diagnosticar esta enfermedad, siempre debe descartarse la presencia de leucemia en presencia de manifestaciones clínicas sugerentes, tales como un hemograma alterado. El método más seguro para confirmar o descartar el diagnóstico es mediante la realización de un mielograma y, sólo en casos seleccionados, puede ser necesario realizar una biopsia de la médula ósea.

Algunas de sus manifestaciones clínicas más importantes son:
• Compromiso del estado general: decaimiento, falta de fuerzas, mareos, náuseas, inapetencia, disminución de peso importante.
• Fiebre que dura varios días sin una causa aparente, sudoración nocturna, escalofríos.
• Dolor o sensibilidad ósea, dolores articulares y de extremidades.
• Hemorragias frecuentes sin motivo aparente, por ejemplo, sangramiento anormal de las encías o de nariz.
• Petequias (Manchas pequeñas de color rojo por extravasación sanguínea) o Hematomas sin haber tenido algún golpe.
• Palidez de piel, interior de la cavidad oral o de los párpados.
• Aumento de tamaño de los ganglios linfáticos.
• Aparición de masas o crecimientos anormales de órganos abdominales como el bazo y el hígado, o aparición de masas que crecen en otras partes del cuerpo.
• Alteraciones de los exámenes sanguíneos (Hemograma, VIH, etc.).
• Irregularidad en los ciclos menstruales.

TRATAMIENTO

El tratamiento para la leucemia consiste en un tratamiento antileucémico específico, para eliminar las células cancerosas, y un tratamiento de soporte, para resolver problemas colaterales de la enfermedad y los efectos secundarios del tratamiento específico. Las características del paciente y de la enfermedad harán que tenga mayor o menor éxito este tratamiento.

Tratamiento de soporte
El tratamiento de soporte prepara el organismo del paciente para recibir la dosis de quimioterapia correspondiente y previene posibles complicaciones. Hay que comprobar también las funciones cardiorrespiratoria, renal, metabólica, hepática, etc.

Este tratamiento incluye medidas antiinfecciosas, soporte transfusional y medidas generales de nutrición y equilibrio hidrosalino.

Se establecerán, cuando sea necesario, medidas de aislamiento que eviten al paciente estar en contacto con personas u objetos que le puedan transmitir cualquier microorganismo y producirle una infección, pues su cuerpo no posee el suficiente número de leucocitos maduros. Estos pacientes recibirán también una dieta especial.

Se pueden utilizar antibióticos profilácticos o un tratamiento precoz de la infección con antibióticos de amplio espectro que cubran bacilos gramnegativos, cocos grampositivos y hongos, es decir, cualquier microorganismo que pueda producir o haber producido un foco de infección.

En ocasiones, será necesario realizar transfusiones para reponer aquellos componentes que dejan de ser producidos debido a la leucemia o por el efecto mielodepresor de la quimioterapia. Generalmente se suelen transfundir hematíes y plaquetas.


El nivel normal de plaquetas se encuentra entre 120.000 y 450.000 por ml. Con la transfusión, se intenta que el número esté por encima de 20.000. Aunque esta cifra se está rebajando a 10.000 si el paciente no tiene síntomas hemorrágicos o trastornos de la coagulación.

Lo que se utiliza también son los estimuladores de la producción de granulocitos con los que se pueden obtener grandes cantidades de granulocitos de cada donante y que son clínicamente eficaces.

La quimioterapia puede afectar a los riñones, el corazón y el sistema nervioso debido a las sustancias que se liberan en el torrente sanguíneo con la destrucción de las células leucémicas. Este daño se puede evitar si se administran líquidos adicionales y algunos medicamentos como el bicarbonato y el alopurinol, que ayudan al cuerpo a eliminar esas sustancias del torrente sanguíneo.

Otros órganos, junto con los anteriores, como los ojos, los ovarios, testículos e hígado pueden dañarse con la quimioterapia, por lo que hay que vigilarlos periódicamente y establecer medidas preventivas. Si aparece algún síntoma, hay que disminuir la dosis de quimioterapia que se le administra al paciente.

Tratamiento antineoplásico
Lo que se intenta conseguir es hacer desaparecer todas las células cancerosas y se debería lograr no deteriorar con el tratamiento la función de formación de células en la médula.

El mejor tratamiento para eliminar las células cancerosas es la quimioterapia pero ésta afecta a la médula y a la formación de sus células.

El tratamiento quimioterápico tiene varias fases: inducción a la remisión, intensificación y mantenimiento.

Con la inducción a la remisión se pretende eliminar los signos y síntomas específicos de la enfermedad junto con la desaparición de los blastos, o células leucémicas, de la sangre periférica y la recuperación de las cifras de las células normales en sangre periférica.En la médula ósea la cifra de blastos debe ser inferior al 5%.

Conseguida la remisión, queda destruir la totalidad o la mayor parte de la enfermedad residual, para que no vuelvan a crecer las células leucémicas y producir una recaída. Esto se intenta con la intensificación de la quimioterapia a dosis superiores a las empleadas en la inducción, o a megadosis si luego se va a realizar un trasplante de médula con células autólogas o alogénicas. Estas dosis elevadas de quimioterapia sólo se aplican en leucemias de alto riesgo.
Unas semanas o meses después del tratamiento intensivo, se da un tratamiento de consolidación o mantenimiento, para destruir cualquier célula residual y como medida preventiva para evitar la infiltración leucémica al SNC. Tras la intensificación recae un número considerable de pacientes, la mayoría el primer año y raramente a partir del quinto año. Por este motivo se administra la quimioterapia de mantenimiento.

Durante la administración del tratamiento, el paciente tendrá que estar hospitalizado, durante unos días o semanas, dependiendo de la rapidez con que se recupere la médula ósea. Antes de esto, puede que el paciente necesite algún tipo de tratamiento de soporte como transfusiones, antibióticos, etc.

El trasplante de médula ósea se realiza cuando se ha producido un daño en la médula ósea que le impida realizar las funciones que, antes de la quimioterapia, estaba realizando. Estas funciones consisten en la formación de las células sanguíneas, papel fundamental para la vida humana.

La quimioterapia se administra para destruir las células cancerosas pero, al mismo tiempo, puede dañar la médula ósea y otros órganos. Por esto generalmente no se suelen utilizar dosis muy elevadas.

Cuando la leucemia no desaparece a dosis moderadas de quimioterapia y se requiere, para la curación, administrar una dosis mucho mayor, junto con el empleo en ocasiones de radioterapia, será necesario realizar un trasplante de médula ósea porque ésta va a ser destruida por la quimioterapia.

A la administración de quimioterapia previa al trasplante, se le denomina acondicionamiento.
Con este trasplante se administra células madre que son productoras de las células que forman la sangre.Las células madre se pueden conseguir directamente de la médula ósea o de la sangre periférica.Si se extraen de la médula, habrá que realizar múltiples aspiraciones en los huesos de la cadera (crestas iliacas) bajo anestesia general.

En la médula ósea existe una célula madre por cada 2.000 células, para conseguir un número suficiente de células madre hay que extraer casi un litro de médula, por este motivo hay que realizar múltiples pinchazos y el paciente tiene que estar anestesiado.

Otro método consiste en emplear citoquinas, que son una especie de "hormonas de la médula ósea" que hacen que salgan las células madre a la sangre periférica y sean recogidas con unos separadores celulares mediante un procedimiento denominado aféresis o leucoféresis a través de una máquina similar a la de diálisis.

Una vez extraídas se colocan en una bolsa de transfusión para administrarla por vía intravenosa al paciente compatible, o bien se congela a -200¼ C, en el caso de trasplante autólogo.

Cuando la médula se introduce en el interior del torrente sanguíneo a través de un catéter central, estas células madre se dirigen hacia las cavidades de los huesos donde se implantan, maduran y se multiplican. Así el paciente puede producir de nuevo células sanguíneas sanas.

En ocasiones este procedimiento supone la única posibilidad de curación para algunos pacientes con leucemia u otras enfermedades como aplasia medular, mieloma múltiple, linfoma maligno, talasemia mayor, etc. ...

Existen dos tipos de trasplante de células madre, el alogénico y el autológico.
Cuando las células que se trasplantan, sean de médula ósea o de sangre periférica, son de un donante, familiar o no, cuyo tipo tisular es casi idéntico al del paciente, se habla de trasplante alogénico.

El trasplante autólogo consiste en obtener médula ósea del propio paciente, mientras la enfermedad está en remisión para mantenerla congelada y realizar el trasplante después de aplicarle al paciente una dosis alta de quimioterapia. Este tipo se realiza cuando no existe un posible donante o se considera que el riesgo es muy elevado con el trasplante alogénico, por el posible rechazo que pueda sufrir el paciente.

Si no tiene un hermano gemelo, las posibilidades de conseguir un donante compatible no son superiores al 35%.

El trasplante autólogo tiene menos riesgos que el alogénico al no existir el rechazo. Sin embargo, hay mayor índice de recidivas porque es posible que, al extraer la médula del propio paciente, quede alguna cancerosa que produzca después del trasplante que la enfermedad reaparezca.
Una vez que se ha realizado el trasplante, la médula tarda en reconstituirse unas 3-4 semanas. Durante este período, denominado aplasia, el paciente no posee el número de células sanguíneas suficiente como para mantenerse con vida. Por ello tiene un riesgo elevado de sufrir infecciones o hemorragias, por lo que debe permanecer en el hospital para realizarle transfusiones o administrarle antibióticos.



TRATAMIENTOS ESPECÍFICOS

Leucemia aguda linfoide
Se suelen utilizar para la inducción a la remisión, durante cuatro semanas, glucocorticoides asociados a antraciclina, vincristina y asparaginasa. En jóvenes y niños, la remisión se consigue en el 90% y, en adultos y ancianos, del 40% al 70%.

Tras la inducción se administran bloques de quimioterapia intensiva (altas dosis de methotrexate, cytarabina, ciclofosfamina y mercaptopurina), utilizando casi todo los fármacos con actividad contra esta enfermedad, que dura entre tres o cuatro meses.

En pacientes jóvenes y con edad no muy avanzada, con datos de mal pronóstico, esta fase puede ser sustituida por megadosis de quimioterapia seguida de un trasplante de células madre (formadoras de sangre), es decir, un trasplante de médula ósea, autólogo o alogénico.

Una variante de la leucemia aguda linfoide, , que años antes tenía mal pronóstico, puede tratarse de forma más intensiva y menos prolongada, 18 semanas de duración, sin tratamiento de mantenimiento, y empleando casi todos los fármacos con actividad anti-LAL.
En este tipo de leucemia, tiene una alta incidencia de recaída en el sistema nervioso central. Para evitar esto, se precisa realizar un tratamiento de quimioterapia intratecal, que es inyectado en el fluido de la médula espinal, que es administrado cada pocos días durante la inducción, consolidación y mantenimiento, hasta un total, de 10 a 15 inyecciones.

La eficacia de estos tratamientos es muy alta en niños, la curación se estima en torno al 70% de los casos. En niños con mal pronóstico o en adultos, la eficacia es menor, estando entre el 50% y el 70% los que alcanzan la remisión.

Leucemia aguda mieloide
El tratamiento de esta leucemia intenta conseguir la remisión precoz, pero este tipo de leucemia responde a menos fármacos y además el tratamiento suele empeorar el estado del paciente antes de empezar a proporcionarle alguna mejoría.

El empeoramiento ocurre porque los fármacos suprimen la actividad de la médula ósea y, debido a esto, disminuye el número de glóbulos blancos (principalmente los granulocitos), lo que aumenta las posibilidades de infección.

Durante esta fase, se requerirá de un aislamiento en la habitación del paciente, evitando el contacto con personas o materiales que se encuentren fuera de ella. También pueden ser necesarias algunas transfusiones de hematíes o de plaquetas.

En algunos casos, tras la remisión, se realiza la consolidación con los mismos fármacos empleados en la inducción y seguidamente se hace la intensificación.
La intensificación puede ser de tres tipos: con quimioterapia a dosis alta sin trasplante, con quimioterapia a megadosis con trasplante autólogo de médula ósea, o con quimioterapia a megadosis con trasplante alogénico de médula ósea.

El trasplante alogénico se suele indicar, en primer lugar, a jóvenes y niños que dispongan de donante y las otras dos modalidades se aplican al resto de los pacientes.

En los últimos años, se ha generalizado el autotrasplante de células madre periféricas, pues parece que produce menos toxicidad y mayor eficacia.
La curación oscila entre el 20% y el 60% de los pacientes que reciben intensificación.

La eficacia de la prevención para la recaída en el sistema nervioso central en la leucemia aguda mieloide, no está comprobada, por lo que no se aconseja de forma generalizada. Algunas veces se realiza en pacientes jóvenes o niños.

Tratamiento en el anciano
El tratamiento en los ancianos es especial pues toleran mal la quimioterapia a dosis altas y en ellos los tratamientos, habituales para otras personas, pueden acortarles la vida. Además, su leucemia suele ser más resistente a los medicamentos.

En pacientes muy ancianos con leucemia aguda linfoide, en el tratamiento para la inducción, puede suprimirse la antraciclina.
Pocos toleran los bloques de intensificación, aunque el mantenimiento no suele dar problemas.

En la leucemia aguda mieloide, excepto para la M3, la única manera de conseguir la remisión es utilizando la dosis habitual de quimioterapia, con el riesgo que conlleva al deprimir la médula.

La intensificación con altas dosis no se puede realizar en pacientes mayores de 65 años, sólo podrán administrarse dosis intermedias.

Puede utilizarse el trasplante autólogo de células madre de sangre periférica.
Se están realizando trasplantes con acondicionamientos convencionales en pacientes con 65 y 70 años de edad.

Tratamiento en pacientes con recaída
La recaída en la leucemia aguda tiene mal pronóstico. Es menos malo cuanto más joven sea el paciente y más tiempo haya tenido de remisión.La inducción a la remisión requerirá de unas dosis más altas de quimioterapia, aunque esto no indica que haya mayor número de remisiones.

Cuando se consigue la remisión, el trasplante alogénico, si hay donante y la edad del paciente lo permite, es el mejor tratamiento tanto para la leucemia linfoide como para la mieloide.

viernes, 12 de noviembre de 2010

leucemia

TRATAMIENTO estoes una parte de 15(broma)


El tratamiento para la leucemia consiste en un tratamiento antileucémico específico, para eliminar las células cancerosas, y un tratamiento de soporte, para resolver problemas colaterales de la enfermedad y los efectos secundarios del tratamiento específico. Las características del paciente y de la enfermedad harán que tenga mayor o menor éxito este tratamiento.

Tratamiento de soporte
El tratamiento de soporte prepara el organismo del paciente para recibir la dosis de quimioterapia correspondiente y previene posibles complicaciones. Hay que comprobar también las funciones cardiorrespiratoria, renal, metabólica, hepática, etc.

Este tratamiento incluye medidas antiinfecciosas, soporte transfusional y medidas generales de nutrición y equilibrio hidrosalino.

Se establecerán, cuando sea necesario, medidas de aislamiento que eviten al paciente estar en contacto con personas u objetos que le puedan transmitir cualquier microorganismo y producirle una infección, pues su cuerpo no posee el suficiente número de leucocitos maduros. Estos pacientes recibirán también una dieta especial.

Se pueden utilizar antibióticos profilácticos o un tratamiento precoz de la infección con antibióticos de amplio espectro que cubran bacilos gramnegativos, cocos grampositivos y hongos, es decir, cualquier microorganismo que pueda producir o haber producido un foco de infección.

En ocasiones, será necesario realizar transfusiones para reponer aquellos componentes que dejan de ser producidos debido a la leucemia o por el efecto mielodepresor de la quimioterapia. Generalmente se suelen transfundir hematíes y plaquetas.


El nivel normal de plaquetas se encuentra entre 120.000 y 450.000 por ml. Con la transfusión, se intenta que el número esté por encima de 20.000. Aunque esta cifra se está rebajando a 10.000 si el paciente no tiene síntomas hemorrágicos o trastornos de la coagulación.

Lo que se utiliza también son los estimuladores de la producción de granulocitos (G-CSF y GM-CSF) con los que se pueden obtener grandes cantidades de granulocitos de cada donante y que son clínicamente eficaces.

La quimioterapia puede afectar a los riñones, el corazón y el sistema nervioso debido a las sustancias que se liberan en el torrente sanguíneo con la destrucción de las células leucémicas. Este daño se puede evitar si se administran líquidos adicionales y algunos medicamentos como el bicarbonato y el alopurinol, que ayudan al cuerpo a eliminar esas sustancias del torrente sanguíneo.

Otros órganos, junto con los anteriores, como los ojos, los ovarios, testículos e hígado pueden dañarse con la quimioterapia, por lo que hay que vigilarlos periódicamente y establecer medidas preventivas. Si aparece algún síntoma, hay que disminuir la dosis de quimioterapia que se le administra al paciente.

Tratamiento antineoplásico
Lo que se intenta conseguir es hacer desaparecer todas las células cancerosas y se debería lograr no deteriorar con el tratamiento la función de formación de células en la médula.

El mejor tratamiento para eliminar las células cancerosas es la quimioterapia pero ésta afecta a la médula y a la formación de sus células.

El tratamiento quimioterápico tiene varias fases: inducción a la remisión, intensificación y mantenimiento.

Con la inducción a la remisión se pretende eliminar los signos y síntomas específicos de la enfermedad junto con la desaparición de los blastos, o células leucémicas, de la sangre periférica y la recuperación de las cifras de las células normales en sangre periférica (hemoglobina por encima de 10g/dl, plaquetas por encima de las 100.000 por ml y granulocitos por encima de los 1.000 por ml). En la médula ósea la cifra de blastos debe ser inferior al 5%.

Conseguida la remisión, queda destruir la totalidad o la mayor parte de la enfermedad residual, para que no vuelvan a crecer las células leucémicas y producir una recaída. Esto se intenta con la intensificación de la quimioterapia a dosis superiores a las empleadas en la inducción, o a megadosis si luego se va a realizar un trasplante de médula con células autólogas o alogénicas. Estas dosis elevadas de quimioterapia sólo se aplican en leucemias de alto riesgo.
Unas semanas o meses después del tratamiento intensivo, se da un tratamiento de consolidación o mantenimiento, para destruir cualquier célula residual y como medida preventiva para evitar la infiltración leucémica al SNC. Tras la intensificación recae un número considerable de pacientes, la mayoría el primer año y raramente a partir del quinto año. Por este motivo se administra la quimioterapia de mantenimiento.

Durante la administración del tratamiento, el paciente tendrá que estar hospitalizado, durante unos días o semanas, dependiendo de la rapidez con que se recupere la médula ósea. Antes de esto, puede que el paciente necesite algún tipo de tratamiento de soporte como transfusiones, antibióticos, etc.

El trasplante de médula ósea se realiza cuando se ha producido un daño en la médula ósea que le impida realizar las funciones que, antes de la quimioterapia, estaba realizando. Estas funciones consisten en la formación de las células sanguíneas, papel fundamental para la vida humana.

La quimioterapia se administra para destruir las células cancerosas pero, al mismo tiempo, puede dañar la médula ósea y otros órganos. Por esto generalmente no se suelen utilizar dosis muy elevadas.

Cuando la leucemia no desaparece a dosis moderadas de quimioterapia y se requiere, para la curación, administrar una dosis mucho mayor, junto con el empleo en ocasiones de radioterapia, será necesario realizar un trasplante de médula ósea porque ésta va a ser destruida por la quimioterapia.

A la administración de quimioterapia previa al trasplante, se le denomina acondicionamiento.

Con este trasplante se administra células madre que son productoras de las células que forman la sangre.

Las células madre se pueden conseguir directamente de la médula ósea o de la sangre periférica.

Si se extraen de la médula, habrá que realizar múltiples aspiraciones en los huesos de la cadera (crestas iliacas) bajo anestesia general.

En la médula ósea existe una célula madre por cada 2.000 células, para conseguir un número suficiente de células madre hay que extraer casi un litro de médula, por este motivo hay que realizar múltiples pinchazos y el paciente tiene que estar anestesiado.

Otro método consiste en emplear citoquinas, que son una especie de "hormonas de la médula ósea" que hacen que salgan las células madre a la sangre periférica y sean recogidas con unos separadores celulares mediante un procedimiento denominado aféresis o leucoféresis a través de una máquina similar a la de diálisis.

Una vez extraídas se colocan en una bolsa de transfusión para administrarla por vía intravenosa al paciente compatible, o bien se congela a -200¼ C, en el caso de trasplante autólogo.

Cuando la médula se introduce en el interior del torrente sanguíneo a través de un catéter central, estas células madre se dirigen hacia las cavidades de los huesos donde se implantan, maduran y se multiplican. Así el paciente puede producir de nuevo células sanguíneas sanas.

En ocasiones este procedimiento supone la única posibilidad de curación para algunos pacientes con leucemia u otras enfermedades como aplasia medular, mieloma múltiple, linfoma maligno, talasemia mayor, etc. ...

Existen dos tipos de trasplante de células madre, el alogénico y el autológico.
Cuando las células que se trasplantan, sean de médula ósea o de sangre periférica, son de un donante, familiar o no, cuyo tipo tisular es casi idéntico al del paciente, se habla de trasplante alogénico.

El trasplante autólogo consiste en obtener médula ósea del propio paciente, mientras la enfermedad está en remisión para mantenerla congelada y realizar el trasplante después de aplicarle al paciente una dosis alta de quimioterapia. Este tipo se realiza cuando no existe un posible donante o se considera que el riesgo es muy elevado con el trasplante alogénico, por el posible rechazo que pueda sufrir el paciente.

Si no tiene un hermano gemelo, las posibilidades de conseguir un donante compatible no son superiores al 35%.

El trasplante autólogo tiene menos riesgos que el alogénico al no existir el rechazo. Sin embargo, hay mayor índice de recidivas porque es posible que, al extraer la médula del propio paciente, quede alguna cancerosa que produzca después del trasplante que la enfermedad reaparezca.
Una vez que se ha realizado el trasplante, la médula tarda en reconstituirse unas 3-4 semanas. Durante este período, denominado aplasia, el paciente no posee el número de células sanguíneas suficiente como para mantenerse con vida. Por ello tiene un riesgo elevado de sufrir infecciones o hemorragias, por lo que debe permanecer en el hospital para realizarle transfusiones o administrarle antibióticos.

TRATAMIENTOS ESPECÍFICOS

Leucemia aguda linfoide
Se suelen utilizar para la inducción a la remisión, durante cuatro semanas, glucocorticoides asociados a antraciclina, vincristina y asparaginasa. En jóvenes y niños, la remisión se consigue en el 90% y, en adultos y ancianos, del 40% al 70%.

Tras la inducción se administran bloques de quimioterapia intensiva (altas dosis de methotrexate, cytarabina, ciclofosfamina y mercaptopurina), utilizando casi todo los fármacos con actividad contra esta enfermedad, que dura entre tres o cuatro meses.

En pacientes jóvenes y con edad no muy avanzada, con datos de mal pronóstico, esta fase puede ser sustituida por megadosis de quimioterapia seguida de un trasplante de células madre (formadoras de sangre), es decir, un trasplante de médula ósea, autólogo o alogénico.

Una variante de la leucemia aguda linfoide, , que años antes tenía mal pronóstico, puede tratarse de forma más intensiva y menos prolongada, 18 semanas de duración, sin tratamiento de mantenimiento, y empleando casi todos los fármacos con actividad anti-LAL.
En este tipo de leucemia, tiene una alta incidencia de recaída en el sistema nervioso central. Para evitar esto, se precisa realizar un tratamiento de quimioterapia intratecal, que es inyectado en el fluido de la médula espinal, que es administrado cada pocos días durante la inducción, consolidación y mantenimiento, hasta un total, de 10 a 15 inyecciones.

La eficacia de estos tratamientos es muy alta en niños, la curación se estima en torno al 70% de los casos. En niños con mal pronóstico o en adultos, la eficacia es menor, estando entre el 50% y el 70% los que alcanzan la remisión.

Leucemia aguda mieloide
El tratamiento de esta leucemia intenta conseguir la remisión precoz, pero este tipo de leucemia responde a menos fármacos y además el tratamiento suele empeorar el estado del paciente antes de empezar a proporcionarle alguna mejoría.

El empeoramiento ocurre porque los fármacos suprimen la actividad de la médula ósea y, debido a esto, disminuye el número de glóbulos blancos (principalmente los granulocitos), lo que aumenta las posibilidades de infección.

Durante esta fase, se requerirá de un aislamiento en la habitación del paciente, evitando el contacto con personas o materiales que se encuentren fuera de ella. También pueden ser necesarias algunas transfusiones de hematíes o de plaquetas.

La inducción a la remisión se realiza con dos fármacos, la antraciclina y arabinósido de citosina, durante tres días el primero y siete, el segundo.

En pacientes menores de 55 años, se consigue una remisión en el 60%-80% y, en edad avanzada o en casos de leucemia secundaria, en el 30%-50%.

De cada tres remisiones, dos requieren de sólo un ciclo de inducción y una, de dos o más.

La suma, a esos dos fármacos, de tioguanina o etopósido se emplea con frecuencia pero su eficacia no ha sido comprobada.

En algunos casos, tras la remisión, se realiza la consolidación con los mismos fármacos empleados en la inducción y seguidamente se hace la intensificación.
La intensificación puede ser de tres tipos: con quimioterapia a dosis alta sin trasplante, con quimioterapia a megadosis con trasplante autólogo de médula ósea, o con quimioterapia a megadosis con trasplante alogénico de médula ósea.

El trasplante alogénico se suele indicar, en primer lugar, a jóvenes y niños que dispongan de donante y las otras dos modalidades se aplican al resto de los pacientes.

En los últimos años, se ha generalizado el autotrasplante de células madre periféricas, pues parece que produce menos toxicidad y mayor eficacia.
La curación oscila entre el 20% y el 60% de los pacientes que reciben intensificación.

La eficacia de la prevención para la recaída en el sistema nervioso central en la leucemia aguda mieloide, no está comprobada, por lo que no se aconseja de forma generalizada. Algunas veces se realiza en pacientes jóvenes o niños.

Tratamiento en el anciano
El tratamiento en los ancianos es especial pues toleran mal la quimioterapia a dosis altas y en ellos los tratamientos, habituales para otras personas, pueden acortarles la vida. Además, su leucemia suele ser más resistente a los medicamentos.

En pacientes muy ancianos con leucemia aguda linfoide, en el tratamiento para la inducción, puede suprimirse la antraciclina.

Pocos toleran los bloques de intensificación, aunque el mantenimiento no suele dar problemas.

En la leucemia aguda mieloide, excepto para la M3, la única manera de conseguir la remisión es utilizando la dosis habitual de quimioterapia, con el riesgo que conlleva al deprimir la médula.

La intensificación con altas dosis de AraC no se puede realizar en pacientes mayores de 65 años, sólo podrán administrarse dosis intermedias.

Puede utilizarse el trasplante autólogo de células madre de sangre periférica.
Se están realizando trasplantes con acondicionamientos convencionales en pacientes con 65 y 70 años de edad.

Tratamiento en pacientes con recaída
La recaída en la leucemia aguda tiene mal pronóstico. Es menos malo cuanto más joven sea el paciente y más tiempo haya tenido de remisión.

La inducción a la remisión requerirá de unas dosis más altas de quimioterapia, aunque esto no indica que haya mayor número de remisiones.

Cuando se consigue la remisión, el trasplante alogénico, si hay donante y la edad del paciente lo permite, es el mejor tratamiento tanto para la leucemia linfoide como para la mieloide.

Otro posible tratamiento es el trasplante autólogo, para aquellos pacientes que no hayan recibido este tratamiento anteriormente.

martes, 26 de octubre de 2010

Relacion entre la ciencia y la música

NO HAY MUSICA SIN CIENCIA

El efecto estético de un sonido depende de la relación lógica y pautada de sus vibraciones. Es decir, que en el fenómeno musical existe una esencia matemática.
Consideramos la música como una sensación auditiva cuyo propósito es invocar emociones, disciplinas como la fisiología, psicología, bioquímica neurociencia.

Un sistema solar polifónico
La correspondencia entre la música y la ciencia se conoce desde hace mucho tiempo.

Siglo VI a.C., en Mesopotamia ya advirtieran las relaciones numéricas entre longitudes de cuerdas.

Pero fue en la Grecia antigua cuando se trazaron las diferentes escaleras armónicas basadas en las proporciones numéricas.

Para los pitagóricos el Universo era armonía y número.

Las notas musicales se correspondían con los cuerpos celestes. Los planetas emitían tonos según las proporciones aritméticas de sus órbitas alrededor de la Tierra.
Y los sonidos de cada esfera se combinaban produciendo una sincronía sonora: la "música de las esferas"
Esta armonía celestial fue descrita por muchos pensadores como Platón

Las estrellas se hacen oir
Las primeras evidencias de música originada en un cuerpo celeste, tal como habían imaginado los pitagóricos primero y Kepler más tarde, no se encontraron hasta hace varias décadas.Las estrellas no emiten melodías armoniosas, pero sí que están sometidas a perturbaciones que provocan una respuesta en forma de ondas.

RELACION ENTRE LA MUSICA ,EMOCION Y CIENCIA

Descubierta la relación entre la música, la emoción y el cerebro Un grupo de científicos ha conseguido por vez primera explicar la relación que existe entre la música, la emoción y el cerebro humano.Ha descubierto que todos estos episodios discurren en una parte del cortex prefrontal, región delcerebro que es la que permite recordar una melodía o detectar una falsa nota en una canción conocida.

El equipo, conducido por Petr Janata, del Centro de Neurociencias Cognitivas de la Universidad de Dartmouth, exploró la capacidad humana para memorizar una melodía a través del estudio del cerebro de ocho amantes de la música. Los músicos, con al menos doce años de estudios, debieron escuchar diversas melodías y analizarlas.Gracias a la imaginería cerebral, que señala qué parte del cerebro reacciona a un estímulo específico, los investigadores descubrieron que la capacidad de reconocer la música está situada en una parte del cortex prefrontal que es fundamental también para el aprendizaje de conocimientos y para la respuesta o control de las emociones.

Emociones diferentes .
El hecho de que el cerebro de cada uno de los músicos reaccionara de forma ligeramente diferente al de los demás, explica por qué una misma melodía puede suscitar emociones diferentes según el momento.

OPINION SOBRE LA MUSICA EL CUAL DIGO
LA MUSICA TE HACE VIVIR EMOCIONES MAS INTENSAS,FALSAS ILUSIONES Y
MOMENTOS QUE SE PUEDEN SENTIR DE DIFERENTES SEGUN LA MELODIA(CANCION)ESCUCHADA,LA SITUACION DE LA PERSONA Y/O EL ENTORNO QUE ESTE A TU ALREDEDOR
(ROBERTOC)